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AKG K 702 (429 euros)


Juanca80s

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[b]AKG K 702 [Escenario panorámico][/b]
429 euros (CEC núm.75)

[img]http://www.revistacec.com/articles/ima_banc/75bp_021.jpg[/img]

La empresa austriaca AKG es bien conocida por los aficionados a los auriculares pero también es famosa entre los profesionales, gracias no sólo a sus auriculares de estudio sino a sus micrófonos y electrónicas de apoyo. Las siglas AKG significan Equipamiento Acústico y de Cine (Akustische und Kino-Geräte), la empresa se fundó en la postguerra (año 1947), en 1949 fabricaron sus primeros auriculares y desde 1994 pertenece al grupo Harman Internacional, posiblemente el mayor conglomerado de empresas de audio del planeta. En el mundo de los auriculares, AKG marcó un hito con su modelo K1000, cuyos paneles totalmente abiertos se asemejan más a dos mini altavoces colocados junto a los oídos que a un auricular tradicional, y cuyo efecto en la escucha, como es fácil imaginar, ofrece una auténtica escena sonora similar a la que obtenemos en un buen equipo estéreo con cajas.

Traemos este mes a nuestras páginas el más reciente modelo de la casa que también es su más alto de gama, los K702, una evolución de los anteriores (y populares) K701 en los que ha cambiado el color y sobre todo el cable, que ahora es desmontable con un conector (mini XLR) en el auricular izquierdo. El derecho recibe la señal por unos cables internos que pasan por el interior de los alambres que unen ambas copas.

Es un auricular abierto, ya que la rejilla externa no tiene cierre hermético. Si el mes pasado probamos una excelente muestra de auricular cerrado (los Denon D5000) el presente laboratorio de los AKG K702 nos muestra la otra cara de la moneda: unos auriculares abiertos no nos aislarán de ruidos exteriores (y recuerden que jamás debemos subir el volumen para conseguirlo so pena de perder rápidamente capacidad auditiva) y además nuestra música será fácilmente audible por quien nos rodee. ¿Qué ventajas tenemos entonces? Pues basta ponérselos y escuchar una pieza sinfónica, o una grabación que tenga buen ambiente, para descubrirlo: la escena sonora deja de estar comprimida apenas en los confines de nuestro cráneo y es amplia y profunda. Con los AKG K702 en particular este efecto es impresionante.

[b]PRUEBA[/b]

Son estos auriculares particularmente cómodos: las suaves almohadillas se apoyan con firmeza en torno a nuestros oídos pero según pasan minutos y horas de escucha no llegan a molestar. En mi caso, con cabeza talla XXL, la diadema quedaba con los elásticos totalmente estirados y la presión sí acababa resultando molesta a largo plazo. Es algo familiar, he tenido muchos años unos K701 pero mi goma acabó quedando vencida con el tiempo, y para personas con tamaños más corrientes esto no es ningún problema.

Sí que lo es, sin embargo, su relativa baja sensibilidad. Pese a esos 105dB declarados y 62 ohm de impedancia, éstos no son auriculares que puedan conectarse a cualquier fuente o amplificador. La salida de un ordenador o un reproductor portátil corriente (iPod o similar) quedará enseguida en entredicho al pedirnos subir el volumen mucho más allá de lo habitual y, aún así, no conseguir suficiente nivel o hacerlo sin la calidad esperada. Un amplificador dedicado para auriculares es lo ideal, y aún así los habrá que nos den mejores resultados. Algo con salida de transistores sólida sería mi elección, pero no decida sin probar, las diferencias le saltarán a la vista, qué digo, al oído, enseguida. Además, exigen un rodaje muy largo y también es algo que conozco de mis K701, pues hasta que no acumulan varios centenares de horas (y con señal fuerte) no terminan de ofrecer todo de sí.

Pero merece la pena, y es que cuando están bien alimentados los K702 pueden sonar muy, muy bien. Los extremos de la gama de frecuencias audibles están algo suavizados, desde luego aquí no tendremos nunca graves retumbones ni agudos demasiado presentes, pero sí podremos apreciar con precisión una percusión o un grave sintetizado, disfrutar del impacto de una cuerda de guitarra y las resonancias de su caja, o distinguir las inflexiones de una voz solista. Y, sobre todo, la amplitud: la escena sonora se abrirá a nuestros oídos como con pocos auriculares y aunque no tengamos una precisión holográfica en la colocación ésta es realista (la música en directo tampoco ofrece esa hiperrealidad que a veces notamos en equipos de alto nivel). Escuchar el Dark Side of The Moon de Pink Floyd es toda una experiencia alucinógena con los AKG, pero volver a oír el mismo Concierto de año Nuevo nos traslada realmente a la Wiener Musikverein. Muchas piezas de clásica contemporánea, que confieso no es muy de mi gusto, cobran sentido y vida escuchadas con estos auriculares. Esto último, la vida, es junto con ciertos efectos en el medio agudo (que posiblemente potencien esa sensación espacial) mi única crítica a su sonido, pues aun con amplificación dedicada y buena, echamos siempre de menos más dinámica, más ímpetu, y no sólo con música moderna. Un piano, por ejemplo, nos sonará más a instrumento de cuerda que de percusión (y es lo segundo, pues las cuerdas son amartilladas), cuando -si la grabación y el equipo lo permiten- lo ideal es apreciar el golpe en la cuerda antes de la nota y la resonancia posteriores.

[b]CONCLUSIÓN[/b]

Lo más destacable de los AKG es la apertura que proporcionan a la escena sonora y lo cómodos que resultan a casi todo el mundo. Lo segundo es importante si pensamos utilizarlos en largas sesiones, porque se agradece un auricular que pase tan desapercibido. Incluso en verano cuando otros nos exigen algún descanso, los AKG pueden seguir puestos tan frescos. Y lo primero es su atractivo fundamental para amantes de la música sinfónica o de piezas en las que otro tipo de escucha, más claustrofóbica, no nos satisfaría. En el lado negativo, sólo podemos comentar su dificultad de amplificación, algo que nos impide usarlos con cualquier aparato y que deberemos tener en cuenta a la hora de la compra. Con esa salvedad, desde luego y en mi opinión son de esos auriculares que conviene tener siempre a mano y no deben faltar en una colección que se precie.

[b]NOS GUSTA[/b]

- Son muy cómodos incluso en uso prolongado.
- Excelente presentación espacial.
- Sonido cálido y tranquilo.

[b]MEJORABLE[/b]

- Poca sensibilidad.
- Aislamiento: al ser abiertos no ofrecen aislamiento de ruidos externos, y dejan escuchar nuestra música a los demás.

[color="#FF0000"][b]NOS CONTESTA[/b]
Pedro Medina, Jefe de Ventas de AKG. Los K 702, al igual que su predecesor el K 701, con el que comparte cápsula, son una maravillosa pieza de ingeniería con un precio realmente contenido si tenemos en cuenta sus prestaciones. A nivel sonoro, resulta espectacular la definición y el tratamiento que hace de los sonidos agudos y con grandes transitorios.[/color]

[b]FICHA TÉCNICA[/b]

Auriculares dinámicos abiertos, con drivers de membrana Varimotion y bobinas de cable de sección plana e imanes de neodimio. IMPEDANCIA NOMINAL 62 Ohm. SENSIBILIDAD 105 dB. RESPUESTA EN FRECUENCIA 10-39.800Hz. POTENCIA MÁXIMA 200mW. CABLE de 3 metros, desmontable en cobre libre de oxígeno 99’99%. CONECTOR jack estéreo 6’3 mm. PESO (sin cable) 235 g. DISTRIBUYE Neotécnica (915420900).


Saludos,
Juanca.

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