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Robocop 2014


Roger

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Me importan un comino las criticas, no las leo ni escucho, me gusta tener mi propia opinion, en todo.

Gracias estimado... se baja!... :enojado

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Bill Evans y su trío formado por Evans, el bajista Scott LaFaro y el baterista Paul Motian.

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[quote name='jordan' date='29 April 2014 - 10:43 AM' timestamp='1398782599' post='243464']
se baja, película de mierda que la vi como 50 veces cunado cabro chico
me se los textos de memoria!!!! :lol:
a ver q tal es!!!
gracias por el dato
[/quote]
ehhh tambien... la vi en vhs y tenia mi copia que vi infinitas veces...!! hasta que salio el dvd zona 4 que era un bodrio, y asi sucesivamente hasta tener el bluray.... jajajjajaja tambien esperando para que descargue y verla en la tranquilidad y hospitalidad de mi hogar..!

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No todas las criticas son Malas, son malas para aquellos que fueron a ver lo mismo que las originales pero esta estra tratada en otro termino, lo mejor es verla y formarse su propia opinion

aca van un par de criticas

http://www.lapalomitamecanica.com/2014/02/critica-de-cine-robocop-2014.html
Nota: 7

Lo mejor: que se atreve a ir más allá en el tratamiento de la misma historia.
Lo peor: que es la propia película y no Robocop la que lucha contra el automatismo.

A estas alturas, después de fotocopias en mala calidad de Psicosis, una Carrie bastante más lerda de lo que la recordábamos y desafíos totales imposibles de olvidar ni con un borrado de memoria futurista, no es que los temores ante el remake de Robocop estuvieran justificados, sino que eran la única posición coherente para el amante del séptimo arte. La filtración de problemas durante su preproducción, con el realizador José Padilha (Brigada de Élite 1&2) sucumbiendo a la opresión del estudio, por no hablar de la espantada a días de iniciar el rodaje que llevó a cabo Hugh Laurie (originalmente en el papel de Michael Keaton), tampoco ayudaban a que confiáramos en una propuesta que se atrevía con uno de los clásicos con más personalidad de los 80. Precisamente por tratarse de un título creado en una época tan concreta, donde la caspa, la sangre y la mala leche se daban la mano para crear cócteles de entretenimiento redondo, es por lo que una revisión de Robocop podría funcionar en plena era de fiebre tecnológica y caballeros oscuros atormentados.

Si la nueva versión de Robocop puede incluirse en el polvoriento cajón de los remakes recomendables, a pesar del previsible traspiés en taquilla, es porque en ningún momento intenta parecerse a la original ni lograr lo que aquella hizo. Se trata de una revisión ejemplar en su sujeción al término, donde Padilha combina una actualización del espectáculo de forma secundaria en favor del contexto y de las exigencias argumentales del género, elaborando lo que por momentos se muestra como una predicción tan agorera como fundamentada de una sociedad controlada mediante un abuso extremo de la tecnología. En Robocop 2014 no encontraréis el humor negrísimo y la casquería presente en el clásico pulp de Paul Verhoeven porque su guión explota una faceta más seria del mismo relato, para lo que es necesario un retrato más profundo de este robot policía. Porque tanto el realizador brasileño como su guionista Joshua Zetumer son conscientes de que la audiencia contemporánea demanda un drama con sustancia en la configuración de la psicología y motivaciones de sus héroes; incluso cuando eso conlleva reescribir un poco la historia.



Aunque una profundización existencialista en la personalidad de los protagonistas de blockbusters no es nada nuevo e incluso ha derivado en una tendencia machacona por oscurecer a los héroes y cargarles de traumas (vease Skyfall), sí es una herramienta que está más justificada que nunca cuando es un androide, mitad humano, mitad máquina, la estrella de la función. A diferencia de lo que sucedía en la cinta original, Robocop no va recuperando la personalidad de Alex Murphy de forma progresiva, sino que desde el comienzo es consciente de su situación, acarreando con el correspondiente conflicto en su interior. "Quiero que me desenchufes", le espeta Murphy al doctor Norton (Gary Oldman) después de la escena más terrorífica de la película, en la que Padilha nos revela cuánto ha quedado realmente de Murphy sin el armazón puesto (cabeza, órganos vitales y la mano de las pajas, básicamente).

La aceptación de su mujer (Abbie Cornish) e hijo, el propio autorrechazo e interrogantes sobre su auténtica función en el cuerpo de policía, como súper agente o mera estrategia publicitaria, son algunos de los dramas que asolan al protagonista, o por lo menos así es hasta que regresa el control remoto de la cinta original, capaz de anular la personalidad dentro de la máquina e incluso de desconectar sus funciones a distancia. Es en ese momento cuando la montaña rusa se estanca en la pérdida de humanidad más elemental y palpable del protagonista y en el que la cinta pierde fuelle, desviando su interés hacia las escenas de acción menos funcionales de la película (a diferencia de la excelente secuencia de entrenamiento). También es ahí donde se nota que Padilha tenía un drama más tétrico en mente, en la figura paternofilial a la que encarna el siempre digno Gary Oldman, mucho más cerca del doctor Frankenstein que del afable Geppetto en el que termina convertido.



Por lo menos, es de agradecer que el mal no sólo tenga rostro metálico y que la cinta cuente con dos intérpretes tan competentes como Michael Keaton y Jackie Earle Haley haciendo piña en lado oscuro junto al mógul de los medios que encarna Samuel L. Jackson. Aunque el ex Batman se lleva el premio a la sobredosis de Red Bull, los 3 están bastante sobreactuados, cada uno en un espectro diferente, y quizás eso ayuda a que los roles contrasten con la estoicidad y comportamiento de boy scout de los que hace gala un bien escogido Joel Kinnaman (The Killing, saga Dinero Fácil), que tarda lo mismo que Peter Weller en desaparecer bajo el casco de la máquina. Por su parte, Michael K. Williams, como el compañero detective del protagonista, está tan desaprovechado como esperábamos, pero cuenta con suficientes escenas como para satisfacer a los seguidores de The Wire, expectantes a que este monstruo despunte como merece.

Aunque una secuela parece descartada a menos que la taquilla internacional salve el pastel (y casi mejor), Robocop 2014 pasará a la historia como una sorpresa anecdótica dentro del infame submundo de los remakes, en el que la reiterativa intención por simplificar y aumentar el grado de estupidez de los clásicos a violar encuentra aquí la excepción que confirma la regla. Quizás, otro gallo cantaría si MGM hubiese conseguido estrenar el proyecto en 2011, como inicialmente pretendía, en un momento en el que el realizador Darren Aronofsky estaba confirmado como principal alma de una revisión que, más que ninguna otra, necesitaba de un cineasta con visión y personalidad; de un gran nombre que consiguiera equilibrar la auténtica dualidad que evita el triunfo total de la cinta, representada en la lucha de una sola persona contra la maquinaria hollywodiense.

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http://blogs.libertaddigital.com/confesiones-de-un-cinepata/critica-robocop-2014-12805/

No sé cuál fue la acogida del primer RoboCop allá por 1987, aunque estoy bastante seguro de que las críticas que se le dispensaron entonces, a lo mejor, quizá, no fueron tan positivas como las que se le hacen ahora, una vez ganada la etiqueta de título de culto. Partiendo de esta pregunta hay algo que me lleva a reconocerle de entrada un par de cosas a Jose Padilha, el director de su actual (y sí, innecesario) remake. Y es que pese a trabajar con muchos elementos en contra, martilleado por la suspicacia constante de los fans, los conocidos retrasos y problemas de producción, por no citar los roces con el estudio, lo cierto es que el brasileño ha conseguido una película coincidente y respetuosa con el original, con el que comparte objetivos y bastante del argumento, pero en absoluto su metodología y su talante. Animo a afrontar de nuevo película de Paul Verhoeven, que era tanto un filme de acción y ciencia ficción como una sátira corporativa y de humor negro verdaderamente salvaje, preñada de humor y violencia de serie B nada subterránea. Porque el nuevo RoboCop, a diferencia de otros remakes y a pesar de sus fallos e imperfecciones (el original, vamos a ser claros, tampoco era redondo, pero lo queremos igual) sí tiene personalidad propia.

Otra cosa es que ésta nos guste o no. Porque RoboCop, el remake de 2014, carece casi totalmente del humor malévolo del realizador holandés, de su violencia descarnada y grotesca, aunque eso no significa que nos encontremos ante un filme carente de interés. Quizá uno de los mejores piropos que se le puedan hacer a Padilha es, precisamente, que no es Verhoeven ni tampoco lo intenta. El brasileño, en su lugar, potencia ese comentario en su vertiente más política, carente de la sexualidad sanguínea del holandés. El director de Tropa de Élite hinca los dientes en traumas más recientes, en los conflictos de Irak y Afganistán, la guerra televisada y los avances tecnológicos fulgurantes, y nos sitúa en unos Estados Unidos en ebullición, embarcado en una involución mucho menos violenta y sanguinaria que la retratada en el distópico clásico ochentero. Padilha retrata los estados previos la pérdida de la libertad pero esta vez en una sociedad silenciosa y pasiva, menos visceral, sin recurrir al pulp y si acaso ocasionalmente a la acción estrepitosa.

Dicho de otro modo, RocoCop nunca ha sido un espectáculo y un personaje tan cerebral como en la presente cinta. Tanto que el nuevo filme parece habitar, precisamente, allí donde la otra película no lo hacía, evitando salvo momentos puntuales de acción su lujuria, su carácter, por dosis de relevante angustia existencial. A punto está el director brasileño de patinar en no pocas secuencias, balanceándose entre lo elegante y lo obvio, o incluso de hacerse algo pesado. Pero al final y pese a ciertas demoras, triunfa el bien. Padilha sustituye los arrebatos gore de Verhoeven por una violencia más suave y convencional, pero a cambio visualiza de manera pesadillesca y brutal la naturaleza híbrida del protagonista. El instante en el que el Dr. Norton (Gary Oldman) desprende al protagonista de sus aderezos mecánicos, reduciéndolo a una bolsa de tripas palpitantes, es arrollador, inaudito en una producción de este calibre. RoboCop (2014) funciona de una manera similar respecto a su precedente a como lo hacía la reciente El Hombre de Acero frente al clásico intocable de Richard Donner. Padilha, pese a que a veces estropea su propia aproximación, en otras ocasiones incluso utiliza esto como ventaja y nos pilla desprevenidos, como en aquel flashforward tras la operación que transforma al protagonista y que nos lleva de cabeza a un sueño digital. La película tiene el atrevimiento de burlarse de alguna de las ideas de Verhoeven, al tiempo que bebe sin pudor de las mismas. Y sí, Padilha es un maestro de la acción, pero eso quedó demostrado en sus dos entregas de Tropa de Élite.

El verdadero dilema de RoboCop, película que por cierto y en un primer visionado, se me antoja bastante coral y bien actuada, versa sobre la ilusión del libre albedrío y la autoafirmación de un hombre a punto de ser devorado por la máquina, tanto en su vertiente puramente existencial como el los intereses corporativos de los villanos. La película, al final, llega a un objetivo similar pero por un camino opuesto a Verhoeven. El único pero verdadero al nuevo RoboCop, verdadera sorpresa fílmica donde las haya, es la carencia de un climax relevante y emocionante, algo que la película pedía y necesitaba a esas alturas. No hubiera pasado nada si Padilha hubiera potenciado el "emotional payback" y el heroísmo en su parte final, aún a ritmo de la música original de Poledouris, por lo que finalmente el recuerdo del antiguo mitad robot, mitad hombre le pesa un poco a un filme que, de todas formas, se gana mis respetos.

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http://www.taquilladecine.com/2014/02/critica-de-robocop-2014.html

Crítica de "Robocop (2014)"
4 Opinión sábado, febrero 15, 2014

Tras la decepción que supuso "Total recall (Desafío total)", me temía lo peor con respecto a "RoboCop (2014)". De hecho, sus distintos tráilers nunca me llamaron demasiado la atención y, obviamente, no es que me incitaran a ver la película. El resultado final de este remake ha sido mejor de lo que esperaba, siempre y cuando se dejen a un lado las comparaciones con la estupenda y cínica cinta de Paul Verhoeven. Lo primero que destacaría del filme es que nos introduce en un mundo futuro en el que una empresa llamada OmniCorp vende sus autómatas a distintos países. Hablamos, pues, de una realidad, de un proyecto muy avanzado que, eso sí, encuentra las reticencias de determinados gobiernos (caso del de los Estados Unidos, un aspecto poco creíble del guión).


Asimismo, la transformación de Alex Murphy en un autómata se hace de manera muy ágil, aunque luego la película quizás le dedique demasiado tiempo a lo que es su instrucción. De todas maneras, la trama discurre con un buen ritmo, y ello a pesar de que las escenas de acción no son especialmente abundantes. Entre los puntos negativos cabría mencionar que se echa en falta una mayor profundización en la temática de la dualidad entre hombre y máquina, si bien entiendo que "RoboCop" es, sobre todo, un producto de evasión. Lo que no me convenció es su tramo final, pues posee un clímax que carece de fuerza y se resuelve con una sorprendente presteza.


El reparto no está nada mal. Joel Kinnaman, que se ha hecho famoso a nivel internacional gracias a la serie de televisión "The killing", no molesta en el papel de Murphy. Gary Oldman interpreta de forma convincente al creador de RoboCop, mientras que Michael Keaton se lo pasa en grande dando vida al villano de la función (me hubiera gustado ver en este papel a Hugh Laurie, actor que en un principio lo iba a encarnar). Otro que se nota que se divierte con su interpretación es Samuel L. Jackson, quien consigue aportar el tono crítico y a la vez humorístico que hallábamos en la obra original de Verhoeven (de hecho, da vida a un presentador de televisión). Por último, señalar la eficacia de los efectos especiales (salvo al recrear los movimientos de los humanoides en las peleas), y la cumplidora realización de José Padilha.

Editado por Roger
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[quote name='Mario_Rock' date='20 May 2014 - 12:55 PM' timestamp='1400601327' post='246300']
me dijieron que era como el copi...
[/quote]

[quote name='fabian ramirez' date='20 May 2014 - 01:22 PM' timestamp='1400602960' post='246309']
A mi me gusto y me entretuve harto
[/quote]no me imagino por que :lol:

La mejor manera de matar una mosca es con un cañon

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Yo la ví, y la encontré más mala que pegarle a la abuelita paralítica con un cinturón en la cara.

5 zippies
:zippytanax::zippytanax::zippytanax::zippytanax::zippytanax:

- I took the liberty of selling off her furniture, crockery and clothes... which cleared off her debt completely. Let me see... A shilling over.

- A poor wage for a lifetime's drudgery.

- Very true, miss. This is a veil of tears.

 

Mary Reilly (1996)  

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