https://m.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2019/11/26/desnudando-el-rostro-clasista-y-abusivo-de-la-elite/
Ahondando en el asunto del portal la Dehesa... Y los que roteaban a la gente que se manifestaba
“vayan a trabajar”, “váyanse de acá”, “quieren todo gratis”, “váyanse, rotos de mierda”, “ándate de acá, hueona de mierda”, “ándate a trabajar, floja”, “flojos de mierda”, "miren los atorrantes...", "roto de mierda, hueón, picante, flaite...", "ahí te grabé, cuma culiao... ándate a tu población de mierda, roto conchetumadre...".
Detrás del simbolismo del lenguaje que aflora en estas circunstancias, hay una gran cantidad de hechos que vale la pena destacar. Aquella elite diría que se ha enriquecido con mucho esfuerzo, sobre todo aquellos que no son hijos de grandes empresarios. Sin embargo, buena parte de ese enriquecimiento se debe a prácticas fraudulentas, evasivas y/o abusivas. Por ejemplo, ¿se ha preguntado usted por qué en los supermercados del barrio alto abundan las cajas que reciben facturas, mientras que en otros barrios hay solo una caja, o simplemente no las hay?
Según nuestras investigaciones, una sola persona compró 222 de esas viviendas exentas de impuestos por avalúo fiscal inferior a $33 millones, solo en 2016. Con una renta anual de 5% por esos departamentos, el dueño tiene un negocio con utilidades anuales de más de $700 millones de pesos, y paga cero impuestos al Estado. Y además, los que arriendan sus departamentos pagan rentas carísimas y soportan una calidad de vida deplorable. Calculando la suma de las contribuciones no pagadas de las viviendas “de inversión” (exentas de impuesto territorial) en cuatro años, estimamos un total de U$1.352 millones, lo que equivale a 107 mil pensiones básicas solidarias mensuales, 34 mil viviendas sociales, 417 consultorios, 99 escuelas públicas, 12 kilómetros de la red de metro (una línea entera), 8 hospitales, o la mitad de lo que vale el tren de alta velocidad de Santiago a Valparaíso.