Excelente tema Gong.
Al igual que tú, el formato rey en mi adolescencia era el CD y claro, en la adolescencia no habían lucas para comprarlo. No fue sino hace un par de años que pude recién adquirirlos, por lo que comencé la colección de CDs y un poco después con el vinilo, aunque poquito antes -sino conjuntamente- con su revival y moda definitiva.
A estas alturas, consumiendo música digital en streaming y conviviendo entre cds y vinilos, al final la diferencia de calidad entre los formatos, si bien existente en la mayoría de los casos, parece irrelevante a mi parecer. Entiendo que el sentido del post no es revivir esa vieja -y ahora onanista- batalla entre formatos, la invitación es a valorarlo en su real alcance: el CD es un formato más barato, más pequeño y de calidad suficiente; el vinilo, por su parte, es más caro, quisquilloso, más complejo de guardar y conservar que el CD y, en la gran mayoría de los casos, de calidad superior. Corresponde a cada uno determinar si el valor extra del vinilo compensa la diferencia con el valor del CD o, peor aún, si la diferencia pagada es acorde al beneficio obtenido, cuestión completamente subjetiva.
En realidad la competencia del CD es el streaming: hay archivos digitales hi-res teoréticamente superiores -en calidad de sonido- al que se obtiene de un redbook común -comparando la misma obra, se entiende- y no hace mucho sentido comprar cds cuando, con el valor de uno, se paga la suscripción de la plataforma que sea, con un catálogo ilimitado. El fundamento de esa decisión no es otra, a la larga, del más puro sentido de propiedad y un poco del romanticismo que ronda al mundo vinilero.
En fin, larga vida al CD.
PD: en lo único que no coincidimos fue en la valoración del Fear Inoculum de Tool, que encontré pedazo de disco .